No es fácil definir el 'estar bien' como concepto válido para todas las personas. Ese estado es diferente en cada ser humano y tiene que ver con la personalidad, la edad, en entorno, etcétera. Claro que se encontrar algunos patrones básicos.
Es importante que las personas sepan diferenciar sus labores y responsabilidades obligatorias de aquellas que les brinden placer y comodidad. En las primeras están el trabajo y los estudios, mientras que en las otras están las diversiones y los estados de reflexión o de ocio.
¿Cómo estás? Esa es la pregunta que forma parte del saludo habitual, pero que no corresponde realmente a lo que la otra persona desea saber de uno. Por lo mismo, no hay que darle demasiada importancia. Es mejor decir "bien" y dejar las explicaciones para los más cercanos.
"Estar bien con uno mismo" es el mayor deseo y la más importante tarea del hombre en esta vida, porque ello le permite sentirse válido para sí y para los demás.
"Estar bien con uno mismo" requiere disfrutar de suficiente "salud psicoafectiva", que aporta los recursos suficientes para afrontar las circunstancias de la vida de un modo positivo y favorable a calidad humana de la persona, a la superación de las dificultades que tienden a entorpecerla y a la armonía con los demás. Para ello es necesario:
Vivir totalmente en el "ahora". Ocúpate del presente y no del pasado (que ya no está) ni del futuro (que aún no está). Vive "aquí". Relaciónate con lo que está presente y no con lo ausente.
Quererse como persona, es decir, ser amigo de uno mismo y sentirse capaz de razonar, resolver los conflictos personales, tomar decisiones, amar, tener ideales, comunicar a los demás lo mejor de sí mismo, y así sentirse válido, rasgo esencial de la autoestima .
Aceptarse como se es, limitado y contradictorio, como todo ser humano, pero con grandes posibilidades de superar deficiencias personales. Esta comprensión serena de sí mismo facilita la tarea de rectificar, mejorar y así de poder mirar al futuro con esperanza. Con ello aprovechar la tarea de superación de las adversidades para aprender nuevas y más positivas pautas de comportamiento y actuación.
Tomar distancia de críticas y malentendidos, para reducir al máximo el daño emocional, controlar resentimientos y aprovechar la parte de verdad que puedan encubrir para mejorar la propia realidad personal.
Pensar por sí mismo sobre las diversas situaciones de la vida para poder gozar de criterio propio y personal, bien informado y formado, y expresarlo con claridad, sin miedo ni agresividad.
Aceptar y respetar a los demás, porque también ellos son importantes y dignos de ser tenidos en cuenta en sus opiniones y sentimientos, aunque no coincidan con los nuestros. Esto hace sentirse en armonía con nuestros semejantes.
Reconocer los propios errores con naturalidad, y no castigarse afectivamente por ellos. Por eso, hay que saber perdonarse y hacer lo posible por rectificar.
Liberar tensiones emocionales y físicas, mediante el desahogo con alguien de confianza, la relajación psicofísica, la distracción, el buen ánimo y el sentido del humor.
Canalizar energías, mediante la creatividad, disfrute al aire libre y hasta el ejercicio físico diario, que se ha demostrado un buen antidepresivo.
Saber disfrutar de lo positivo de la vida, de lo bello, de la amistad, de cantidad de los pequeños detalles que tejen la existencia humana.
Elige expresar claramente antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
Responsabilízate plenamente por tus acciones, pensamientos y sentimientos.
Así que; medita, relájate, piensa, vive, disfruta y sobre todo ELIGE ESTAR BIEN CONTIGO.