No laves tu auto con manguera: Para empezar, trata de lavar tu auto sólo cuando sea necesario; una vez al mes es ampliamente suficiente.
Si lo haces con una manguera, estarás gastando cientos de litros de agua, que se pueden ahorrar fácilmente si utilizaras un balde. En este sentido, puedes usar uno para limpiar y otro para enjuagar.
Te sugerimos también que utilices para ello productos biodegradables.
Compremos más alimentos orgánicos, de pequeños productores orgánicos: Estos no sólo son sabrosos, sino que también resultan nutritivos y no contienen residuos de productos químicos.
Los productos orgánicos son buenos para la salud del medio ambiente, de las personas que trabajan en agricultura y de los consumidores.
Además de comprar productos orgánicos, es muy importante que tomemos conciencia y empecemos a comprar productos artesanales y de pequeños productores para apoyar las economías locales, en las que aquellos sean retribuidos justamente.
El efecto de la industrialización de los alimentos trae como resultado el deterioro del medio ambiente, desde las semillas genéticamente modificadas que matan nuestra biodiversidad, los pesticidas y monocultivos que arruinan la tierra, hasta el transporte de comidas desde puntos lejanos de su lugar de consumo.
Apaga los aparatos que no uses: Existen aparatos que con sólo estar conectados a la corriente consumen energía, aunque estén apagados.
Ejemplos de ello son la televisión, el equipo de música y todos los aparatos que utilizan control remoto: incluso apagados siguen consumiendo alrededor de un tercio de la energía que usan cuando están encendidos.
Lo mismo sucede con los cargadores de teléfonos celulares. Desenchufalos cuando no los uses.
Escoge envases retornables: Siempre que tengas la opción, no lo dudes.
Usar envases retornables puede ser un tanto molesto, pero es más barato y genera muchísima menos basura que los envases descartables.
La mayoría de las marcas de cerveza y refrescos nos brindan la opción de elegir, aprovéchala.
Plantemos nuestras propias hortalizas: En nuestras huertas, terrazas, balcones y ventanas podemos plantar hierbas frescas, tomates y hojas verdes para nuestro consumo personal.
Las hortalizas caseras son muy ricas, frescas y tienen mucho más valor nutricional que las del supermercado. Si plantas tus propias verduras puedes estar seguro que no tienen pesticidas ni agro-químicos.
Plantar en casa es lindo y reverdecemos la ciudad. Cosechar tus propias verduras o hierbas crea un impacto en el medio ambiente muchísimo menor que los que generan los productos de los supermercados.
Planifica la ubicación de tus electrodomésticos: La nevera es el electrodoméstico que más energía usa, seguida por el televisor y el lavarropas. Su eficiencia depende del lugar donde esté ubicada, y por eso es importante alejarla de fuentes de calor.
Compra en cantidades grandes: Cuando vas a hacer compras, siempre intenta comprar los paquetes más grandes: estos, por lo general, llevan menos embalaje y casi siempre salen más barato.
Por ejemplo, en vez de comprar un shampoo de 200ml, podrías comprar uno de 750ml. De esta manera, evitarías comprar tres botellas de plástico y vas a ahorrar plata al largo plazo.
Si quieres ir al green extreme, puedes evitar llevar aquellas ofertas que ofrecen algún producto extra, si realmente no vas a utilizarlo.
Maximiza el uso de energía: Hasta en las cosas más simples, todos podemos hacerlo. Por ejemplo, si estás hirviendo agua para pasta, no olvides poner la tapa de la olla.
Estos son sólo algunos de los muchos tips que puedes implementar en casa para proteger tu entorno.
La mayoría de ellos son sumamente viables y sólo requieren de tu atención. Muchas veces ni nos damos cuenta del derroche que estamos generando, por lo que mantener los ojos abiertos y estar atentos a lo que podemos hacer, será un buen inicio en el camino verde.
Be happy, be green.
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